El Volkswagen Tiguan se ha reinventado en esta nueva generación, tanto como para hablar de una verdadera revolución en sólo dos generaciones del SUV por excelencia de Volkswagen. Ya te hemos contado todos los detalles de la gama Tiguan, pero hoy nos ponemos a los mandos de la variante más deportiva del Volkswagen Tiguan destinada a aquellos que buscan diseño, diferenciación y deportividad sin abandonar los beneficios que ofrece un SUV.
Diseño y equipamiento del Tiguan que estamos probando
Mi compañero David Villarreal ya lo comentaba en su primer contacto con el Volkswagen Tiguan, hablamos de un coche nuevo, pero que rompe completamente con su anterior generación, pareciendo que estamos ante un coche mucho más actualizado de lo que en realidad supone un cambio generacional. Volkswagen ha impreso el nuevo ADN de la marca, introduciendo líneas rectas, mayor sensación de horizontalidad y en definitiva mayor empaque desde todas las vistas. Con el acabado R-Line que estamos probando esa sensación se incrementa, y es que los nuevos paragolpes, los abultados pasos de rueda y las molduras exteriores confieren más carácter al conjunto.
La unidad que vamos a probar hoy se trata del Volkswagen Tiguan, en acabado Sport (el más deportivo), añadiendo el paquete exterior R-Line por 2.065 euros y asociado al motor 2.0 TSI de 180 CV con cambio DSG de 7 relaciones y tracción total 4 Motion. Hablamos de una de las versiones más equipadas de la gama, además de la versión más potente disponible en motores gasolina. Partiendo de esta configuración de equipamiento y motorización, hablamos de un SUV cuyo precio asciende a 47.105 euros.
Las posibilidades de configuración son bastante amplias en el nuevo Volkswagen Tiguan, pudiendo escoger entre numerosas tapicerías como la de esta unidad que instalaba la combinación en piel naranja azafrán-antracita. Al escoger el acabado sport y el paquete R-Line nos encontramos con elementos de serie como el techo panorámico eléctrico, faros LED para con función adaptativa, equipo multimedia Discover Media con pantalla de 8″ y función App Conect, cuadro de instrumentos digital, llantas Sebring de 19″, etc.
Dado que esta unidad que estamos probando no cuenta con el paquete interior R-Line, en España se comercializa por 2.935 euros la combinación de paquetes R-Line exterior e interior, nos encontramos con los detalles y configuración de la línea Sport en el habitáculo. Este acabado destaca por ofrecer un diseño sobrio y elegante, pero sin caer en grandes alardes de cromados o serigrafías. De hecho, la configuración que estamos conduciendo destaca especialmente por su tapicería en tonos naranjas, y cómo no, por el uso del cuadro de instrumentos digital “Volkswagen Digital Cockpit” que es el principal protagonista.
Los acabados del nuevo Volkswagen Tiguan destacan por un buen tacto y por un buen ajuste. Quizás, como único punto sujeto a crítica, sí que echo de menos algo más de riesgo en el diseño del interior, más aún viendo como vienen pisando de fuerte modelos como el Peugeot 3008. La filosofía de Volkswagen es clara en este aspecto, y en el Tiguan nos encontramos con una línea que continúa con los interiores ya vistos en el Volkswagen Golf o en el más reciente Volkswagen Passat.
Conducimos el Volkswagen Tiguan 2.0 TSI 180 CV
Con sólo unos pocos metros recorridos, el Volkswagen Tiguan se muestra como un coche bastante superior a su anterior generación. Por un lado encontramos un coche ágil en reacciones, pero sobre todo ofrece una pisada mucho mejor. El puesto de conducción es cómodo y ofrece un alto grado de visibilidad, además la sensación de espacio es alta y el techo panorámico confiere aún mayor sensación de amplitud.
Como ya hemos comentado, en el interior el elemento más destacable es el cuadro de instrumentos digital “Volkswagen Digital Cockpit”, un sistema muy recomendable por la cantidad de posibilidades que ofrece en tanto a información para el conductor. Gracias a multitud de ajustes y menús, el conductor puede conseguir un diseño de cuadro de instrumentos totalmente personalizado, contando además con el sistema Head-Up Display como complemento de seguridad. Especialmente al seguir rutas a través del navegador, el cuadro de instrumentos digital se muestra como un complemento muy interesante por el valor añadido que aporta.
A los mandos del 2.0 TSI de 180 CV nos encontramos con un motor de suave funcionamiento y respuesta satisfactoria. En ciudad ofrece un tacto agradable, algo en lo que también es culpable el cambio de doble embrague DSG con 7 relaciones. Con la posibilidad de escoger entre diferentes modos de conducción: Eco, Comfort, Normal, Sport e Individual, además del nuevo 4MOTION Active Control que permite seleccionar hasta 4 programas para el control del sistema de tracción total según las superficies: carretera, nieve, off-road y off-road personalizado.
A grandes rasgos hablamos de un coche capaz de adaptarse a multitud de conductores y escenarios, algo que sin duda es de agradecer ya que hablamos de un SUV. Aunque el grueso de las ventas en países como España irán a parar a las motorizaciones diésel 2.0 TDI de 150 y 190 CV, es justo señalar que el confort, prestaciones y consumos del 2.0 TSI de 180 CV lo convierten en una opción bastante recomdable para aquellos que busquen un mayor refinamiento a cambio de un consumo también mayor. Durante la prueba que realizamos, con trayectos de todo tipo incluyendo pista forestal, el consumo medio registrado fue de 7,8 l/100 Km, un consumo bastante bueno dado el uso que realizamos del coche – lo opuesto a conducción eficiente -, un peso que ronda los 1.700 kilogramos y el valor de consumo mixto homologado (NEDC) de 7,4 l/100 Km.
¿Y cómo se comporta el Volkswagen Tiguan fuera de asfalto?
Una de las características más importantes que estrena el nuevo Volkswagen Tiguan, es la combinación del sistema de tracción total 4Motion con diferencial Haldex de última generación y el sistema 4MOTION Active Control para personalizar el trabajo de todo el grupo motopropulsor. Si nos ceñimos a la teoría, este Tiguan ha de ser capaz de sortear todo tipo de caminos y pistas sin inmutarse, encontrando una altura libre al suelo de 180mm y un ángulo de ataque de 16 o 24º según escojamos el paquete offroad.
Hemos de recordar que hablamos de un SUV, no de un verdadero 4×4, por lo que que aquí la electrónica es la verdadera protagonista. En contra de esta unidad en concreto nos encontramos con una llantas de 19″, neumáticos en medidas 255/45 R 19 y un compuesto enfocado más al uso en carretera y al confort que a las incursiones fuera de asfalto. Aún así, quiero probar qué tal va este SUV en terrenos deslizantes aprovechando que hace un día bastante “malo”, con lluvias fuertes y todo tipo de caminos por explorar.
El Volkswagen Tiguan ejecuta los cambios de programa de forma rápida, no hay cambios perceptibles salvo los que indican el selector giratorio del 4MOTION Active Control y los mensajes del sistema multimedia. Como apunte, tanto el sistema multimedia como el cuadro de instrumentos ofrecen información ampliada sobre off-road, permitiendo conocer datos de inclinación de la carrocería, altitud, ángulo de giro de la diracción o brújula.
Probando caminos con grava, presencia de barro y grandes socavones con agua, en el interior no se nota ninguna pérdida de tracción y el confort es alto. Pero la cosa cambia al afrontar un repecho de piedra suelta y vegetación mojada. Seleccionando el modo off-road, el Volkswagen Tiguan hace más evidente como trabaja con las 4 ruedas, oscilando levemente la carrocería y lanzando alguna rueda que pierde adherencia. El trabajo no es fácil, pero finalmente es capaz de salir de la prueba. Aquí, el problema no ha estado en las capacidades off-road, sino en los neumáticos usados.
Pero no nos dejemos engañar, tanto Volkswagen como nosotros sabemos que menos de un 5% de los clientes del Volkswagen Tiguan siquiera afrontarán un camino alguna vez en su vida. Las posibilidades todocamino están ahí, pero los valores del Volkswagen Tiguan son otros muy diferentes: una sustancial mejora con respecto a su generación anterior en tecnología y calidad, un maletero de 520 litros y un enfoque “premium” que también obligará a un superior desembolso con respecto a su competencia.
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