El Honda Civic de décima generación incorpora su versión diésel a la gama y nos hemos desplazado a Roma para ponerlo a prueba. Nos hemos encontrado con un coche técnicamente brillante, no sólo por un motor suave, progresivo, eficiente y silencioso, sino también por el afinadísimo chasis que caracteriza a este modelo en todas sus versiones y que mantiene un tacto soberbio también en versión diésel.
El Honda Civic 5 puertas estará a la venta en marzo 2018, en carrocería sedán llegará en junio y finalmente será compatible con cambio automático de 9 relaciones a partir de septiembre. Los precios arrancan en los 23.550 € sin descuentos.
Motor 1.6 i-DTEC ¿ha cambiado algo?
El nuevo motor 1.6 i-DTEC ha cambiado mucho para no cambiar nada.
Si observamos sus cifras de rendimiento, con una potencia máxima de 120 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 300 Nm a 2.000 rpm, podríamos pensar que se trata del mismo motor exacto que la anterior generación del Civic de idéntica denominación. Pero no es así.
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La cuestión aquí es que las normas anticontaminación se han endurecido sustancialmente en los últimos años y los ingenieros de Honda han tenido que hacer una tesis doctoral en fricción interna, ineficiencias mecánicas, rediseño de turbos y catalización para cumplir con la exigente normativa, sobre todo en emisión de partículas y NOx, sin aumentar el consumo.
Como curiosidad, el nuevo motor lleva pistones de acero, en lugar de aluminio, porque la conductividad térmica del acero es menor y mantienen mejor el calor dentro de la cámara de combustión. Hasta ese punto han llegado los cambios en busca de eficiencia. El 1.6 i-DTEC consigue cumplir con la normativa sin necesidad de aditivos (AdBlue).
La cuestión es que para cumplir esta normativa de emisiones, desde un punto de vista químico el camino más corto es consumir un poco más de combustible, pero desde el punto de vista del mercado esta solución no es aceptable. Así pues, el trabajo de Honda ha consistido en revisar el motor de arriba abajo para que sus clientes mantengan intacto el nivel de prestaciones y consumos y al mismo tiempo entren dentro de la normativa con uno de los motores más limpios del momento.
El resultado para el conductor es que el motor sigue gozando de la misma solidez que el anterior, con un empuje progresivo desde muy abajo hasta las 4.000 rpm con un funcionamiento suave y silencioso que, además, rueda muy fácilmente por debajo de los 5 l/100km sin proponérselo. El consumo medio homologado es de 3,4 l/100km para el sedán y 3,5 l/100km para el 5 puertas, y la diferencia es debida a razones aerodinámicas.
Creo que es un gran motor y, posiblemente, el mejor que haya probado en esta categoría y gama de potencias.
Al volante del Honda Civic i-DTEC
Al volante, el nuevo Civic diésel nos demuestra que es un coche para conductores que valoren el placer de conducir.
La posición de conducción es cómoda y muy baja, con una postura deportiva que nos permite integrarnos muy bien con la máquina y sentir el coche como si lo llevaras puesto.
El motor no es especialmente potente sobre el papel, pero empuja con ganas en toda la gama de revoluciones. Es tan progresivo que más que un turbo se diría que lleva un compresor volumétrico o mucha más cilindrada.
El silencio nos acompaña en todo momento, con la única excepción del ruido de rodadura que sí es un poco intrusivo a alta velocidad. Del motor nada se sabe desde dentro, ni ruidos ni vibraciones.
En el apartado de tacto en curva, el coche va tan sobrado de chasis que lo único que lamentamos es no tener el doble de potencia (o el triple) para ponerlo realmente a prueba. Goza de una estabilidad a toda prueba, una dirección de precisión quirúrgica, un buen tacto de dirección y al mismo tiempo no resulta incómodo.
Desde un punto de vista técnico es un coche redondo, claramente por encima de la media del segmento en dinámica y me atrevería a decir que un coche “para entendidos”, ya que las sensaciones que transmite se aprecian sobre todo si has conducido muchos otros coches, pero tal vez no sea una cualidad muy apreciada por el común de los clientes del segmento C.
Interior del Honda Civic i-DTEC y detalles
El Honda Civic es un coche bastante más grande que sus rivales compactos (4.518 mm de longitud), lo cual se traduce en un espacio interior muy generoso, tanto en habitáculo como en maletero. Más que compararlo con un Golf, casi habría que situarlo entre el Golf y el Passat.
La estética es agresiva, casi radical, pero en mi modesta opinión está lejos del mal gusto y ese carácter tan fuerte personalmente me convence, sobre todo en un panorama de mercado de coches impersonales, conservadores y muy continuistas entre generaciones (Golf, A3, Focus, Astra… un aburrimiento).
En cuanto a calidades, mi sensación es la de un coche muy bien construido, sólidamente ensamblado, pero cuyos materiales y el tacto de algunos mandos sí me parecen un punto mejorable. Los botones del volante, por ejemplo, son de un plástico sencillo y su tacto es regular, lo mismo que las juntas de la consola central, que no están perfectamente rematadas.
Sí da la sensación de coche sólido y duradero, pero no da la sensación de coche caro, por así decirlo.
Tal vez el punto más criticable del coche sea la interfaz digital, tanto el cuadro de mandos como en la pantalla central táctil. Demasiados colores, demasiada información, poca claridad, un manejo no muy intuitivo y sobre todo un navegador de los peores que he podido probar tanto en velocidad de respuesta como en calidad y claridad de los gráficos. Creo que Honda puede hacerlo mucho mejor en navegadores, o eliminarlo directamente a favor de la conectividad móvil que ya incorpora.
En el tema de seguridad, toda la gama lleva el sistema Honda SENSING, un conjunto de medidas de protección y asistencia a la conducción que normalmente se ofrecen en opción o en acabados altos y de ahí también un precio base algo elevado.
Este sistema incluye prevención y mitigación de impactos (CMBS), avisador de colisión frontal (FCW), avisador de cambio involuntario de carril (LDW), sistema de ayuda de permanencia en la carretera (RDM), sistema de mantenimiento de carril (LKAS), control de crucero adaptativo (ACC), sistema de reconocimiento de señales de tráfico (TSR), función de seguimiento a baja velocidad (ISA), control de crucero adaptativo inteligente (i-ACC)… en fin, lleva toda la tecnología Honda en seguridad activa desde la versión básica.
Conclusiones sobre el Honda Civic diésel
Justo cuando los diésel son más eficientes, más limpios y más agradables que nunca, parece que han sido demonizados por la legislación y por el mercado. Es una pena y probablemente una locura, ya que el ciclo diésel es por definición más eficiente que el ciclo Otto (gasolina).
El Honda Civic diésel es un coche brillante en comportamiento, tacto de conducción, espacio interior, motor y consumo, un coche recomendable para todo aquel que valore los aspectos técnicos y su traducción en placer de conducir.
Sus puntos débiles serían un acabado en la media del segmento, muy bien construido pero tal vez algo justo en materiales, y una interfaz digital que está lejos de las mejores, aunque cumple su función y cuenta con todas las opciones de conectividad que podamos necesitar.
Su nivel de seguridad es sobresaliente.
Llegados a este punto, mi sensación es que Honda ha sacado un producto tan brillante y tan por encima de la media en dinámica que veo difícil que puedan transmitir ese valor añadido al conductor común con un coche que parte de los 23.550 €.
Al apostarlo todo a esa carta y conformarse con un interior que está bien, sin más, dibujarán una sonrisa diaria a los afortunados conductores que puedan tenerlo en su garaje y disfrutarlo en cada curva, pero dejarán indiferentes a la gran mayoría del público que se compra los coches sin probarlos, básicamente por estética y precio.
Creo que se verán pocos, pero cada uno de ellos será una compra muy satisfactoria