Hemos probado el Honda Jazz 2018 en su nueva versión 1.5 i-VTEC de 130 CV, un motor que se estrena en este discreto restyling para el pequeño monovolumen de Honda. Esta nueva versión tope de gama ya está disponible por 20.700 € sin descuentos (+1.000 € con cambio automático), ofreciendo un enorme espacio interior, una gran versatilidad gracias a sus asientos traseros “mágicos”, pero al mismo tiempo una combinación de motor y suspensiones que no parece tener mucho sentido en un coche como este.
Sensaciones generales del Honda Jazz 2018
El restyling del Honda Jazz ha sido sutil, hasta el punto de que es difícil distinguirlo de la anterior versión. Como es un coche que se ve poco, realmente no parece que sea este un grave problema.
La sensación general del coche es que ha sido concienzudamente diseñado para sacar hasta el último mm3 de capacidad interior en un envase compacto y práctico a más no poder y en ese sentido el coche es recomendable como compra racional.
Dicho esto, si vamos un poco más allá y nos fijamos en los detalles, la percepción del interior es algo pobre, con plásticos sencillos, un sonido de puertas algo seco y un tacto general de cochecito urbano, práctico y aparentemente muy económico.
Cabe decir muy en su favor que incorpora un equipamiento de seguridad muy completo, que incluye frenada autónoma de emergencia a baja velodidad, avisador de colisión, reconocimiento de señales de tráfico, limitador inteligente de velocidad, alerta de cambio involuntario de carril y el sistema de luces de carretera automáticas
Y con esto llegamos al precio, y vemos que el más económico de la gama parte de los 16.800 € sin descuentos para el básico 1.3 i-VTEC de 102 CV, mientras que la unidad probada con motor de 130 CV se va a 20.700 €, unos precios varios miles de euros superiores a coches equivalentes en filosofía y calidad percibida, aunque tal vez no en espacio interior.
El nuevo Jazz 2018 es un coche caro, pero la percepción al volante creo que está un punto por debajo de ese precio.
El nuevo motor 1.5 i-VTEC aplicado al Jazz
El Honda Jazz es un coche urbano, tranquillo, para llevar a los niños al cole, llenarlo de bolsas en el hipermercado y viajar sin complejos a IKEA. Cuenta con un gran maletero de 354 litros, a la altura de un Volkswagen Golf, y con los asientos plegados se convierte en un pequeño furgón, lo cual es excelente.
A partir de ahí, ¿tiene sentido un motor de 130 CV?
Para empezar, el Jazz cuenta con un aislamiento acústico bastante limitado, con lo cual el sonido del motor entra en el habitáculo y se hace molesto al pisar el acelerador a cualquier régimen. Contrariamente a la tradición de Honda de afinar los escapes hasta que suenen como un instrumento musical, en este caso el motor suena bastante mal y anima entre poco y nada a estirarlo.
Por otro lado, el incremento de potencia ha obligado a utilizar unas suspensiones muy firmes, con lo cual el coche se hace incómodo, transmite mucho cualquier irregularidad y tampoco termina de ser un coche con tacto o filosofía deportiva. Simplemente es duro de suspensiones.
Con todos estos ingredientes, al volante tenemos la sensación de que siempre vamos en una marcha demasiado corta debido al sonido, percibiremos cada junta del asfalto, y tendremos un montón de potencia no utilizada (hace el 0-100 en 8,7 segundos) porque ni el coche lo pide, ni el tacto de dirección y chasis nos anima a una conducción decidida.
Todo esto nos devuelve al Honda Jazz básico, el 1.3 i-VTEC de 102 CV, que nos va a salir más barato y consumirá un litro menos cada 100 km adaptándose mucho mejor a la filosofía del coche.
Conclusiones sobre el Honda Jazz 2018
El Honda Jazz es un coche de nicho, no es un utilitario cualquiera. Su formato monovolumen lo convierte en un coche inmenso y versátil por dentro, muy bien pensado para aprovechar el espacio, y recomendable para clientes que valoren por encima de todo esta combinación de pequeño por fuera y grande por dentro.
A partir de aquí, ni la calidad percibida ni el tacto de conducción creo que estén a la altura de un precio que refleja más la solidez y fiabilidad de la marca que las sensaciones del coche en sí.
Por último, si alguna versión se aleja más que ninguna de mi lógica de compra sería este nuevo 1.5 i-VTEC de 130 CV, que aporta una reducción del confort y un incremento del consumo que no creo que compense con ese plus de potencia en un coche de vocación urbana como este.
Finalmente, si lo que buscas es un coche familiar para viajar de verdad, con 20.700 € te puedes comprar bastantes coches de una categoría superior que dan mucha más sensación de solidez y espacio, aunque ocuparán algo más a la hora de aparcar.
Puedes consultar en nuestra guía todos los rivales del Honda Jazz.