En nuestro reciente viaje a Italia no solo tuvimos la oportunidad de conocer al nuevo Huracan Tecnica y poner a prueba al especial Lamborghini Aventador Ultimae, sino que también pudimos realizar una toma de contacto con el Lamborghini Huracán STO, la versión más deportiva y radical que jamás ha conocido el superdeportivo italiano. Prácticamente un coche de carreras matriculable, esta fue nuestra experiencia conduciendo esta temperamental máquina de pulverizar cronos.
Super Trofeo Omologata, esa es la denominación que esconden las siglas STO que dan vida a este Lamborghini, un Huracan que representa a la perfección la continua evolución que ha sufrido el modelo desde su lanzamiento, buscando esa influencia cada vez más acusada de la división Squadra Corse y el perfeccionamiento de cada ingrediente que da vida a la receta del Huracan.
No os lo voy a negar, la imagen del Lamborghini Huracan STO es tan imponente como dan a entender las fotos, más aún en esta configuración que mezcla los colores celeste y naranja para darle aún más personalidad… como si no fuese ya sobrado de ella. El trabajo de rediseño realizado es soberbio, esculpiendo cada nuevo trazo a razón de aerodinámica, exigencias de refrigeración y fibra de carbono para ahorrar peso (el STO pesa 1.339 Kg en vacío), dando vida a un kit de carrocería totalmente único y específico que recuerda poderosamente a los Huracan que corren en las Blancpain Series.
Mi vista favorita es a todas luces la posterior, comenzando por la nueva cubierta del motor confeccionada con diferentes lamas, continuando con un alerón de carbono fijo y de gran tamaño que es ajustable en 3 posiciones y culminando en una zaga que no tiene reparos en dar todo el protagonismo a los enormes escapes y el difusor, creando una composición sumamente elaborada donde el aire y los gases de escape son tratados para pegar este Huracan al suelo conforme vamos ganando velocidad. A modo de apunte, tal es el trabajo aerodinámico en el STO, que aquí disfrutamos de un 53% más de downforce que en el Huracan Performante. Casi nada.
Del interior me quedo claramente con los asientos, semibaquets donde nos tenemos que dejar caer para descubrir lo que es una sujeción del cuerpo perfecta, como un guante, aunque con pocas concesiones al confort. Estar en un STO es sinónimo de radicalidad y efectividad en circuito, por lo que de los viajes de media y larga distancia mejor nos olvidamos. Pero más allá de la comodidad, lo cierto es que el diseño de cada butaca es realmente impresionante, cuidado hasta en el más mínimo detalle y estando realizados a base de alcantara, magnesio y fibra de carbono.
Frente a estos asientos tenemos un volante con los mandos mínimos necesarios, tapizado igualmente en excelente alcantara y con el tamaño y grosor adecuados para intentar domar a la bestia (luego ya entenderéis porque digo “intentar”). Tras el volante surgen unas enormes levas metálicas de diseño y tacto impecable, unas levas que son grandes reponsables de que el conducir este Huracan sea una experiencia en todos los sentidos.
Y para finalizar este repaso al puesto de conducción nos topamos con un cuadro de instrumentos digital enmarcado nuevamente en fibra de carbono. La información que nos brinda es la justa y necesaria, con un diseño realmente llamativo, pero sin florituras que nos distraigan de los datos realmente importantes. Personalizable en función del modo de conducción y la selección del ordenador de a bordo, Lamborghini ha acertado de lleno en el diseño de este cuadro el hacer que el grueso de esta pantalla lo ocupen las revoluciones, la velocidad y la relación engranada.
Llegado el momento de ponernos en marcha una sonrisa nerviosa se apodera de mí. Tras contemplarlo en parado durante algunos minutos, una de las responsables del equipo de Lamborghini me entrega la llave del Huracan STO con una amable sonrisa seguido de un "es tu turno". Tras este gesto no lo dudo ni por un instante, abro la puerta del conductor, me adhiero al asiento y despierto a la bestia. Y creedme que hago bien en llamarlo bestia, pues es difícil describir con palabras el sonido que genera este V10 en su despertar. No es un sonido casual, es un rabioso grito que adelanta de lo que es capaz este coche si osamos pedirle que saque lo mejor de sí.
Para esta versión, Lamborghini ha extraído una potencia máxima de 640 CV y un par máximo de 600 Nm del 5.2 V10 atmosférico, dando lugar a un motor todavía más espectacular de lo que ya es en cualesquiera de las configuraciones en las que se comercializa. Este propulsor, que no sabemos muy bien hasta cuando podrá seguir en las calles, es sinónimo de rebeldía y personalidad, desafiando a todos los fabricantes de coches que han decidido pasarse a los motores turbo, cuando no a los sistemas híbridos.
Pero si en el propulsor ya encontramos un plus de carácter, en el resto del conjunto no iba a ser menos. Como ya hemos dicho, este STO ha sido creado por y para convertirnos en el rival a batir de cualquier Track-Day. Coches como el Porsche 911 GT3 RS, el McLaren 600LT o Mercedes-AMG GT R Pro son rivales directos de este STO, y es por ello por lo que Lamborghini ha echado mano de lo mejor su catálogo dando vida a un chasis donde aparecen nuevas suspensiones magnetoreológicas específicas, nuevas estabilizadoras, elementos elásticos más rígidos, setup exclusivo para la gestión del cambio y las ayudas electrónicas, dirección recalibrada con eje trasero direccional, nuevas geometrías, frenos carbocerámicos y neumáticos de diseño y compuesto específico creados ex profeso para correr en pista.
La experiencia de conducción es posiblemente la más cercana a un coche de carreras que he vivido en un modelo de calle. La ausencia de filtro en la información que genera cada componente, la dirección tan sumamente directa, el ruido que nos envuelve y la rabia del conjunto motor y cambio cuando exprimimos cada relación. Todo es parte de una razón de ser, de un temperamento claramente definido y de una vivencia que será difícil que olvide nunca.
Desgraciadamente no puede probar este Huracan STO en circuito, a todas luces su mejor escenario, pero las carreteras que rodean la fábrica de Lamborghini en Santa Agatha Bolognese sí que me sirvieron para disfrutar de un coche que solo me atrevo a catalogar como E S P E C T A C U L A R. Cada cambio de marcha realizado al corte de revoluciones, cada giro sujetando con fuerza el volante, cada frenada apurando hasta el último centímetro, todo nos regala esa sensación de estar al volante de un verdadero coche de carreras.
Este es un coche que esconde en su razón de ser la esencia de Lamborghini como fabricante, llevando al extremo todas y cada una de las sensaciones que es capaz de generar, lo que nos hace partícipes de una experiencia de conducción que ningún otro coche de su categoría consigue ofrecer hoy por hoy. Sí, en este Lamborghini hay exceso de carácter y de rabia, pero es precisamente ese temperamento lo que hacen tan especial y único al Huracan STO.