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MINI Cooper: primer contacto. ¿Mejor tres cilindros que cuatro?

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MINI Cooper

Habitualmente, cuando tengo que probar por primera vez un coche, evito hacerme demasiadas expectativas, ya sean malas o buenas, ir predispuesto a un veredicto que pudiera adulterar las sensaciones que finalmente vaya a tener con el coche en ese primer contacto. Pero a menudo, lograr evadirte de lo que te ha transmitido un modelo durante todos estos años y esperas que te siga transmitiendo, resulta harto complicado. Especialmente en un caso tan peculiar como el del MINI, un utilitario chic, pero sobre todo divertido y muy enfocado en el disfrute de su conductor, que nos ha acompañado durante más de una década y afronta ahora su tercera generación desde que BMW se hiciera con una franquicia con mucho arraigo en la Gran Bretaña.

El Cooper de tres cilindros tiene morbo, pero sobre todo pretende ser versión de referencia, comedida y a la vez divertida. ¿Le bastará con tres cilindros para sacarnos una sonrisa?
Con el tiempo justo para probarlo, tenía muy clara cuál sería mi elección. MINI España había dispuesto de una nutrida flota de unidades de MINI Cooper, Cooper S y Cooper D, el trío inicial que comenzará a llegar a los concesionarios a finales de mes. Poco después, en unas semanas, llegarán los MINI One y One D y en unos meses el nuevo Cooper SD (170 CV), así como un nuevo John Cooper Works del que de momento tan solo hemos visto una idea preliminar, un prototipo.

Para este primer contacto me decanté por el MINI Cooper, una de las versiones que a mi juicio más ha cambiado y la que a priori pensaba querría tener algún día en el garaje. ¿Por qué razón? Ahora lo veremos. ¿Cumplirá con las expectativas? Os lo contaré al final de este reportaje.

MINI Cooper

Me duele en el alma tener que decir que no a cualquiera de los MINI Cooper S que, en combinación de carrocería amarilla y techo negro, nos esperan en el garaje. Antes hablaba del MINI que me gustaría tener en mi garaje, de capricho y un tanto de pasión, que será la tónica dominante de nuestro discurso a la hora de hablar de un coche como este. En esa línea, el Cooper S encarna todas las virtudes que a cualquier “quemadillo” le seducen de un MINI.

El Cooper S es la imagen más deportiva, hasta la fecha, del nuevo MINI

Su parrilla con entramado de nido de abeja, su entrada de aire sobre el capó, las tomas de refrigeración inferiores – con unos conductos que van hacia los frenos, su spoiler trasero o su doble salida de escape central en la zaga, son detalles que nunca pueden pasar desapercibidos. El MINI Cooper S ha cambiado, pero no es el que más lo haya hecho. Mantiene un motor de cuatro cilindros, aunque – casi a contracorriente – haya contravenido la lógica del downsizing que se impone en nuestros días, y un buen ejemplo es este nuevo MINI, abandonando el bloque 1.6 compartido con PSA para optar por un 2.0 de 192 CV con el que no solo es más rápido, sino también más ahorrador.

El MINI Cooper S es un hot-hatch puro y duro, capaz de medirse con nuestros vencedores de la comparativa de mini-GTI de hace unos meses. Pero con un precio de tarifa de 25.950€ (5.400€ más que el Cooper, a secas), recordamos otra de las razones por las que habíamos elegido el Cooper.

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El nuevo MINI Cooper se presenta con el recién estrenado motor de tres cilindros de BMW, siguiendo la estrategia de utilizar diferentes bloques con 500 cm3 (en el orden de diámetro y carrera de 82,0 y 94,6 milímetros) para la lógica en la que se ensamblarán este bloque de 1.5 litros y el cuatro cilindros 2.0 y el seis cilindros de 3.0 litros que ya emplean los nuevos BMW M3 y BMW M4 Coupé. En esa lógica, el 1.5 de este MINI es como medio seis cilindros o como tres cuartos del cuatro cilindros.

El MINI Cooper estrena el nuevo tricilíndrico de BMW

De la mano de la tecnología TwinPower Turbo, sobrealimentación, inyección directa, regulación variable de válvulas y control variable del árbol de levas, desarrolla 136 CV de potencia y es notablemente más rápido y ahorrador que su predecesor. Desde MINI nos aseguran también que trabajaron a fondo el desarrollo de la línea de escape y que, más allá de la búsqueda de un motor eficiente, jamás renunciarían al sonido que todos esperamos de un MINI Cooper. Por lo tanto podemos esperar que para BMW y MINI haya sido prioritario trabajar el refinamiento y la acústica de un motor como este.

En cifras. El MINI Cooper alcanza los 210 km/h, hace el 0 a 100 km/h en 7,9 segundos, homologa 4,5 litros/100 kilómetros y 105 g/km de CO2. Tanto a nivel de prestaciones como de consumos sus cifras son muy buenas.

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Nuestro ritual de iniciación comienza con el arranque. El sistema de llave inalámbrica de MINI ha permitido instalar una palanquita en la consola central, por detrás del pomo del cambio, con una iluminación de cortesía roja que nos da la bienvenida. Su posición no es nada intuitiva, pero sí práctica para salir a fondo y acortar el movimiento de nuestra mano derecha hacia el pomo de la palanca de cambios para engranar la primera marcha.

En su arranque, el MINI Cooper comienza a despedir un gorgoteo de escape al ralentí que nos recuerda la premisa de sus creadores y la prioridad de ofrecer un sonido peculiar. Evidentemente este MINI no oculta la naturaleza de su motor, el traqueteo de un tres cilindros y esas notas agudas que incluso nos gustan en todo su régimen medio y alto. En bajas, el sonido no llega a ser desagradable, pero sobre todo nos gusta que encontremos siempre la respuesta necesaria del acelerador para salir de un apuro o iniciar una recuperación. A un régimen medio y bajo este MINI no solo responde sino que a veces resulta demasiado nervioso y reactivo, al menos en esta unidad con cambio manual y un recorrido de pedal de embrague corto.

Si te gusta conducir te enamorarás en la primera cita del cambio manual, como en sus predecesores, tanto que configurarlo automático me parece poco menos que un crimen. Los recorridos son cortos, pero extremadamente precisos y no es duro, aunque tampoco tan blando como en la mayoría de sus rivales, con una concepción más urbana que deportiva.

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Teníamos poco tiempo para probarlo, de ahí que no pudiéramos trabajarnos una sesión fotográfica propia – así acostumbramos a hacerlo habitualmente – pero al menos nos alegramos de haberlo catado por algunas de nuestras carreteras preferidas, en un trazado muy ratonero que nos exige jugar mucho con el cambio. Nos ha gustado el tratamiento acústico del escape y el aislamiento del habitáculo, para filtrar ruidos indeseables, no está nada mal, aunque tenemos que seguir pensando en que detalles como sus ventanillas sin marco siempre seguirán siendo un handicap en esa línea, y el tres cilindros no es especialmente silencioso.

Cuando el traqueteo a medio régimen y el rugido del escape nos empieza a encandilar, tenemos que ir pensando en buscar la siguiente marcha. Es precisamente en ese régimen en el que este MINI desarrolla todo su potencial, a partir de 5.000 rpm la cosa empieza a decaer, el ruido mecánico se vuelve casi ensordecedor y resulta oportuno desembragar y buscar una marcha más larga.

Con su nuevo motor, el MINI Cooper no es progresivo, ni lineal, sino brusco y nervioso, no nos invitará a apurar cada marcha hasta el corte, pero hasta las 5.000 rpm encontraremos bastante margen para disfrutar a fondo de cada marcha. Es un cambio de filosofía que no nos decepciona, especialmente si las sensaciones que nos transmite aumentan, como es el caso.

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Ya os decíamos que nuestra elección del Cooper no solo se debía al interés editorial y, por qué no decirlo, el morbo de probar el nuevo tricilíndrico de BMW y MINI, sino también a la confianza en que esta sea una de las opciones más recomendables del nuevo MINI Hatch – y ciertamente, tras haberlo probado, ya lo creo que lo es. Nos subimos a una unidad bien equipada, pero no un full-equipe que carecía, entre otras cosas, de MINI Driving Modes, que entre otras cosas cambia los ajustes de la dirección, el cambio (en el caso del automático), el tacto del acelerador, el sonido del motor (en el caso del Cooper S), la iluminación interior, la climatización e incluso el chasis (sí, este MINI ya cuenta opcionalmente con diferentes reglajes de suspensión) para adaptarse a una conducción más deportiva, más económica o más confortable.

En nuestro caso y en una unidad equipada con unos Hankook Ventus de 17”, el tarado de las suspensiones nos resultó un tanto duro, como era de esperar, sobre todo para negociar algunos baches poco profundos e inesperados de la carretera, que nos incomodaron mucho. Aunque es cierto que amortigua mejor otros obstáculos, como pasos de cebra elevados en plena ciudad.

Por otro lado nos encantó la forma en que transmite lo que está pasando entre el neumático y la carretera, especialmente en un tramo de curvas con asfalto irregular y bacheado. Esas, junto con el tacto de la dirección, siguen siendo las claves por las que MINI presume de ese tacto de Kart que tanto nos gusta. La nueva dirección asistida electromecánica se aprecia más confortable y cómoda en ciudad, aunque sigue siendo dura y – por suerte – comunicativa negociando curvas. También es muy directa, entre otras cosas porque este MINI ha seguido afianzando su filosofía de situar el eje anterior al frontal, aumentando la batalla y haciendo que el mínimo giro de volante se traduzca en un contoneo de la carrocería.

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Tengo que decir que la estética del nuevo MINI despertó en mí opiniones encontradas. No ha cambiado tanto, pero sí ha crecido en sus cotas y ha perdido ligeramente esa imagen de pequeño urbanita para ganar impresión de compacto, aunque con una longitud de 3,82 metros siga siendo un pequeño turismo. En vivo gana bastante y no se aprecia que sus dimensiones sean tan grandes ni aparatosas, aunque si lo ponemos junto a sus predecesores la evolución salta a la vista. Solución: para evitar decepciones mejor no lo aparques junto a un MINI de las dos primeras generaciones y aún menos junto a un MINI anterior a 2001.

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Nótese las diferencias en el diseño del frontal del MINI Cooper y el Cooper S. El Cooper en rojo, con techo y franjas blancas, es realmente atractivo, pero no puede competir en estética deportiva con la parrilla de nido de abeja del Cooper S…

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... y aún menos con las salidas de escape centrales del Cooper S.

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Para diferenciar a un MINI Cooper (arriba) de un MINI Cooper S (abajo) basta con prestar atención a los detalles anteriormente mencionados…

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... aunque no son los únicos.

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Más tarde os hablaré de tecnología, sistemas de entretenimiento, calidad de acabados y materiales y ergonomía. Pero de momento os dejo un teaser, un adelanto en forma de imagen de lo importante que resulta la ambientación del aro LED que rodea el equipo de entretenimiento y sus cambios en la tonalidad para reflejar los cambios que estamos realizando cuando seleccionamos funciones o manipulamos algunos elementos (como el climatizador) y cuando jugamos con el MINI Driving Modes seleccionando un modo más ecológico o deportivo.

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Otro detalle más. El velocímetro ha regresado a la posición natural (si es que alguna vez ha existido tal cosa) o al menos a la que cualquiera que no haya conducido sus predecesores se espera. El cuadro de mandos tras el volante incorpora el velocímetro, el cuentarrevoluciones, el ordenador de a bordo y el nivel del depósito de combustible.

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También contará opcionalmente con un head-up display que proyecta información en nuestra línea visual de la carretera. No pudimos probarlo, pero tiene la pinta que ilustra la fotografía superior.

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No te vayas muy lejos. Mañana te contaré más cosas del nuevo MINI.

En Diariomotor: MINI 2014: a fondo. El nuevo MINI es el MINI de siempre, pero llega cargado de novedades

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